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“Es en el juego y sólo en el juego que el niño o el adulto como individuos son capaces de ser creativos y de usar el total de su personalidad, y sólo al ser creativo el individuo se descubre a sí mismo”.

D.W. Winnicott

 

¿Cómo hacer para favorecer el juego imaginativo en mi hija? y ¿cómo lograr que siga desarrollando su pensamiento creativo? Un reto que no es fácil, quizá por esa creencia que aprendí en mi propia infancia de ver el juego como algo secundario a las cosas serias e importantes de la vida. No es que mis papás no jugaran conmigo, si lo hicieron a su manera. Sin embargo, estaba la creencia de que la educación y la enseñanza era una cuestión seria en la que no estaba incluido el juego y en la que había que aprender a hacer las cosas de un cierto modo.

“El cachorro humano es un mamífero cultural” dice Oscar Vahos autor del libro Juguemos Dos. Yo lo he visto en mi hija, quién se descubre y descubre a los otros en el juego. Es una herramienta para la sobrevivencia, la forma en que los niños aprenden y se desarrollan. En mi perra de tres meses, también está presente el juego como el vehículo para descubrir su entorno y medir que le es permitido y que no. El juego es quizá el vehículo más importante para enseñar valores, hábitos y límites a los niños; también para promover que se atrevan a crearse a sí mismo.  Cómo dice Oscar Vahos, esto significaría replantearse la educación y la crianza como un recreo permanente, un espacio lúdico, placentero, recreativo.

Ahora bien, ¿cómo lograrlo? Doy tres claves que pueden promover que tu hijo entre en el mundo del juego y la imaginación:

  1. Es importante dejar que los niños estén en el aburrimiento, como papás a veces queremos controlar sus actividades y, justo, cuando hacemos lo contrario pasa que ellos inventan y entran en el mundo del juego. Proporcionar tiempo sin prisas.
  2. He descubierto que mi hija, realmente no necesita el juguete del momento o el más sofisticado. A veces resultan ser mucho más útiles: una caja de cartón, un pedazo de corcho, un retazo de tela, un caracol; por el sinfín de significados que pueden darles. A diferencia de juguetes que ya están muy definidos. Promover espacios seguros que promuevan la imaginación dentro y fuera de casa.
  3. Ayuda promover que haya compañeros de juego, para que los niños puedan resolver problemas y crear su propia imagen. También papás, mamás y abuelos podemos jugar con ellos; desde una actitud lúdica y dejando que sea el niño quien lleve la actividad, que nos enseñen a entrar en el mundo de la imaginación.

Quizá lo más importante es darnos permiso de jugar, ya que no es una actividad específicamente para niños. En realidad, es el medio, por excelencia con que los seres humanos liberamos endorfinas y otras hormonas que nos ayudan a estar sanos de mente y cuerpo. Está semana busca un momento cada día para jugar con tu hijo, dejando que él sea el que lleve la actividad.

 

 

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