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Quizá has escuchado la frase de: “las niñas bonitas no se enojan”. No sé si alguien me la dijo de niña o fue el miedo que me daba mi papá cuando se enojaba de forma explosiva.   Es probable, que él haya aprendido a expresar el enojo de la forma en que lo hacían mis abuelos. Así, crecí creyendo que yo no me enojaba; cuando en realidad reprimía la emoción. Con Elisa, descubrí que puedo llegar a enojarme de manera explosiva.  En este post, quise compartir algunas estrategias que descubrí y estoy empezando a poner en práctica desde mí; pues más allá de lo que le diga a Elisa sobre el enojo, importa la forma en que yo actué cuando esté enojada.

El enojo aparece cuando sientes que tú, o alguien que te importa está siendo injustamente tratado. En los niños, también aparece cuando se sienten inseguros, o ven interferidas la realización de un deseo o meta.  El enojo nos sirve para poner límites, y para defender nuestras creencias y nuestra dignidad. Es una emoción muy común.  Por eso, la galaxia de la ira, es una de las más grandes y tiene muchos matices como rabia, enfado, resentimiento, odio, furia, cólera, rencor, envidia y hostilidad.

Cuándo nos enojamos, se producen cambios químicos y fisiológicos en el cuerpo. Aumenta la adrenalina y cortisol, más sangre llega a los músculos preparándonos para la huida o la agresión, se incrementan los latidos del corazón, la respiración, sube la temperatura corporal, se genera ansiedad. Daniel Goleman, habla del secuestro emocional de la ira, ya que podemos llegar a decir o hacer cosas de las que nos arrepentimos. Sin embargo, los neurocientíficos hablan del cuarto segundo mágico. Ese instante en que podemos enfriar la ira y calmarnos; antes de que nos secuestre.  Cómo cualquier emoción se puede aprender a expresar y regular.

Elsa Punset, en su libro Los Atrevidos y el misterio del dinosaurio recomienda algunas claves para ayudar a tus hijos a regular el enojo:

  • Enseñar con el ejemplo. Los niños aprenden por imitación, más allá de lo que les digamos, importa la manera en que reaccionamos cuando estamos enojados.
  • Busca espacios de calma y serenidad. A través de la respiración, de hacer ejercicio camina o dibujar; busca espacios para estar en calma y, que te ayuden en los momentos de crisis.
  • Habla de las emociones con tus hijos. Es importante hablar de las emociones con tus hijos, especialmente esas que son displacenteras y explosivas. Si tuviste un secuestro emocional, y reaccionaste manera agresiva con tus hijos; lo mejor que puedes hacer es hablar de lo sucedido cuando ya te hayas calmado y buscar nuevas formas de enfriarte cuando estés en el momento crítico.  Si fue tu hijo el que actuó así, igual habla de lo sucedido con él y sigan con las estrategias.
  • Reacciones ante un berrinche: ¡No grites, no huyas, no cedas! Es importante validar y permitir que tu hijo exprese su enojo. Sin embargo, hay que tener cuidado en que no se vuelva un recurso para que tu hijo obtenga lo que deseé.

 Existen, otras formas de ayudar a nuestros hijos a expresar su enojo y poder regularlo, que recomienda Elsa Punset. Voy a platicar tres de las estrategias que sugiere, que yo misma estoy empezando a poner en práctica:

  • Contar hasta diez. con los más grandes puedes sugerirles que cuenten de atrás hacia adelante. Eso les exige mayor concentración y que aparten su mente de lo que les enfade.
  • Respiración y relajación. Con niños de 3 y 5 años, en el momento que estén empezando a enojarse puede ayudar ponerlos a hacer burbujas. Ya que, para hacerlas, requieren inhalaciones largas. Con niños más grandes, les puedes pedir que se recuesten y pongan su mano o un peluche en el vientre, para que perciban como se eleva su estómago al inhalar.
  • Caja para calmarse. Está actividad consiste en decorar una caja de cartón, y dentro poner objetos agradables para nuestro hij@ que le ayuden a relajarse: una manta, un cojín, un libro, crayolas y hojas para dibujar, un rompecabezas, etc.

Me queda claro, que el verdadero reto está en esos momentos de caos y cansancio cuando estoy frente a Elisa; en la forma en que regule mi enojo, en vez de actuar desde el secuestro emocional. Sin embargo, es un proceso y cómo cualquier habilidad requiere tiempo, constancia y creatividad. 

Te recomiendo que des clic en mi sección de cuentos para que veas dónde puedes conseguir el libro de Elsa Punset, que tiene otras estrategias interesantes para gestionar el enojo.

http://www.nidoysombra.com/cuentame-un-cuento/los-atrevidos-y-el-misterio-del-dinosaurio/

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