Hace un par de semanas, empecé con el hábito de ir a caminar cada mañana con mi perra. Subimos hasta un cerro que es reserva protegida y está a tan sólo minutos de mi casa. La vista es fascinante: del lado derecho la ciudad que crece y se extiende; del lado izquierdo el campo, los árboles y al fondo las montañas. Caminar me hace regresar al cuerpo, habitarlo, calmar mi mente. Estar más en el aquí y el ahora, ser más consciente de lo que perciben mis sentidos.
Cuando estoy preocupada por algo, a mí me ayuda caminar. Hace que tome distancia y que vaya a la sabiduría de mi cuerpo. Meditar también me ayuda a volver al cuerpo, a estar en el presente; aunque sea unos minutos. Confieso que estoy en el proceso de incluir esta práctica a mi vida, de aprender a hacerlo. La doctora en neurociencias Koncha Pinos ha investigado que hacer un minuto de meditación muestra cambios en el cerebro, meditar durante ocho semanas cambios significativos y durante un año, cambios permanentes. Meditar es la posibilidad de acceder a la conciencia, de ver que no somos nuestras sensaciones, emociones o pensamientos; somos el que observa esas sensaciones, emociones y pensamientos. Somos conciencia.
Koncha Pinos, sugiere hacer tres preguntas cuando tienes una situación que te preocupa: ¿qué está pasando?, ¿cómo está pasando? y ¿cómo me siento físicamente cuando está pasando? Puede ser que tengas una preocupación laboral, con tu pareja, acerca de la crianza de tus hijos; cualquiera que sea la situación, hay que ir al cuerpo que no miente. A veces, nuestros pensamientos no son una ventaja, nos vemos atrapados en el mundo de las creencias, que limitan y enredan.
En nuestra sociedad, le hemos dado tal peso a lo cognitivo, a lo cerebral; que dejamos de lado el poder y sabiduría de nuestro cuerpo. Y si regresamos al origen, si observamos a los bebés ellos descubren a través de su cuerpo: de su boca, sus ojos, manos y pies. El bebé es el ser más inteligente que existe, está continuamente poniendo a prueba sus hipótesis y experimentando su entorno. Todavía no están limitados por las creencias sociales.
Habitar el cuerpo es reconocerte y estar en mayor presencia con lo que está sucediendo. Te invito a qué si haces alguna actividad física como baile, yoga, natación, crossfit, cualquiera que estés realizando o que te gustaría practicar; pongas atención a tus movimientos, seas consciente de tu cuerpo para así obtener mayores beneficios y la posibilidad de acceder a la sabiduría que está en ti.